miércoles, 22 de abril de 2009

Guía para el cultivo de verduras


Ubicación del huerto

El lugar perfecto es aquél donde las plantas reciban, al menos, de ocho a diez horas de luz solar diaria para que puedan realizar la fotosíntesis; pues de este proceso depende su desarrollo y contenido de nutrientes. Puede ser una ventana, una terraza o un balcón que, de preferencia, esté orientado al sur.

Consejos prácticos para el huerto casero

1. Existe una inmensa variedad de semillas listas para ser plantadas. Puedes conseguirlas en tiendas de autoservicio, de jardinería o viveros a un costo accesible.

2- Siempre que cultives algún ejemplar en maceta, o cualquier otro recipiente, va a requerir mayor riego y abono que si estuviera en tierra abierta.

3- No eches semillas a la composta ya que puede enraizarse y convertirse en una planta.

4- Una técnica básica para prevenir las plagas y enfermedades en tu huerto, es la rotación de cultivos: planta alternativamente ejemplares de distintas familias.

5- Para evitar las malas hierbas en el huerto, elabora un acolchado en la tierra con hojas secas.

6- Las solanáceas (la tomatera, la papa, la berenjena, los pimientos) y las cucurbitáceas (pepinos, calabazas) requieren de mucha luz y calor; a diferencia de las acelgas, coles y espinacas.

7- Los calabacines y las zanahorias requieren de una maceta honda para cultivarloos.

8- En invierno es ideal sembrar hierbas medicinales, condimentos, col, zanahorias, cebolla, espinaca, lechuga, haba, puerro, rábano.

La variedad de verduras y hortalizas que se puede cultivar es enorme: berenjenas, ajos, acelgas, cebollas, pepinos, lechugas, espinacas, tomates, etc. Éstos últimos son, los protagonistas de muchos huertos urbanos, aunque otros como la lechuga o el rábano son más fáciles de sacar adelante. Lo mejor es combinar en la mesa de cultivo distintas especies. Eso sí, debemos ser conscientes de que no podemos mezclar todas las especies a nuestro antojo. Si optamos por los tomates, por ejemplo, hay que saber que no se llevarán bien con los pimientos, las berenjenas y las patatas.


Riego y abonado

El riego de este tipo de sistemas de cultivo es la labor que más tiempo nos va a quitar. Si optamos por hacerlo de forma manual, debemos usar una regadera o una manguera con muy poca presión, que suelte prácticamente un pequeño hilo de agua. La cantidad que utilicemos dependerá bastante de la densidad de nuestro cultivo, pero podemos tomar como referencia el drenaje que incorpora la mesa para saber cuándo nos estamos pasando. La frecuencia del riego irá en relación con la época del año, si bien es cierto que en verano, con fuerte calor, conviene hacerlo al menos una vez al día. Si optamos por un sistema por goteo, conviene activarlo al menos dos veces de forma diaria. En este sentido debemos vigilar bien la evolución del huerto para saber si está falto o no de agua.

En relación a su abonado, se recomienda "sustratos vegetales y abonos orgánicos, ya que la calidad de la verdura es mejor y es más educativo promover el reciclaje". Al estar situado sobre una mesa, el huerto urbano requiere un mayor aporte de nutrientes que un cultivo realizado directamente en el suelo. En primavera es aconsejable añadir 10 kilos de vermicompost (composta de lombriz) por metro cuadrado, y posteriormente, cada cuatrimestre añadir dos kilos más.




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